miércoles, 7 de marzo de 2007
Escrito por cocktailgenital a las 7:27 p.m.
Es cierto. Jean Baudrillard murió a la edad de los 77 años de edad. ¿Será coincidencia acaso que se presente de manera sincopada la muerte de dos grandes críticos de los medios de comunicación, Kapuscinsky además de Baudrillard ? Si lo es, raya en demasía dentro de los límites de la ficción. Pero como las coincidencias son muy relativas, queda el análisis y la conciencia de los que estamos indagando sobre los medios de comunicación. A nivel local ¿Cuántos medios se atreven a ejercer el periodismo?
Contribución fundacional para el entendimiento de la construcción de la realidad, Baudrillard propone un concepto inasible y polémico, fundado en explicitaciones sociológicas de hechos periodísticos cotidianos: la hiperrealidad. Aplicado inicialmente a las perspectivas políticas y sociales de los gringos, con base en sus posturas altermundistas y etnocentristas, con respecto a la Guerra del Golfo Pérsico de la primera mitad de los años noventa, su propuesta de liberalismo y democracia al estilo americano, puede ser transpolado a las actividades del periodismo local: por principio de cuentas se tiene que advertir que estamos ante la presencia de un periodismo que construye imágenes productos de la hiperrealidad, sustituyendo la primicia del hecho periodístico por un vulgar lavado de imagen de las instituciones que ostentan el poder sobre los medios.
Es así como se explican las portadas de los periódicos: toreros, políticos entregando obras, equipos de futbol soccer (¡sucker?), reinas de ferias... ¿Acaso los casos de corrupción y acoso sexual dentro de la Guardia Municipal capitalina, denunciadas por agentes de dicha corporación, no merecen las ocho columnas?
Por poner un ejemplo. El día de ayer se publicó en primera plana, con una cabeza terrible que no vale la pena reescribir, la noticia de los llamados afters, que no son otra cosa que establecimientos públicos y privados que funcionan después de las horas de servicio, 3 de la mañana, o de fiesta en el caso de particulares. ¡Por favor! O el periódico A.M. es muy condescendiente con la hiperrealidad, o de plano los reporteros ignoran la existencia manifiesta y abundante de afters y postafters en la ciudad. Los lugares citados no son novedad, mucho menos la impunidad. Razones de sobra para seguir alimentando de hiperrealidad a la autencidad (contraste elaborado por Baudrillard). A donde quiera que estés, Jean Baudrillard, sirva este ejercicio dialéctico como un atisbo de homenaje póstumo.

Carlos Campos
 
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